Propiedades de las habas

Por sus características y valor nutricional, las habas frescas, originarias de Oriente Medio, son un alimento necesario en una dieta equilibrada, y muy valoradas en la actualidad por su peculiar sabor, sobre todo aquellas recién recolectadas,que presentan un sabor dulce con toques ligeramente amargos. No en vano, sus beneficiosos y utilidades culinarias no pasaron por alto a muchas civilizaciones de la Antigüedad, como egipcios, griegos y romanos, los cuales eran grandes consumidores de esta legumbre.

Adentrándonos más en el "interior" de las habas, nos encontramos ante una legumbre energética, pero cuatro veces menor que las habas secas, por lo que resulta considerablemente menos calórica y más adecuada en caso de seguir dietas de adelgazamiento. Además, su aporte de hidratos de carbono (principalmente almidón) es mucho menor que en las habas secas. Por si fuera poco, esta legumbre apenas contiene grasas.

Por otro lado, las habas son una buena fuente de proteínas vegetales, pero como sucede con el resto de legumbres, carecen de un aminoácido esencial. Éste, se puede fácilmente conseguir mezclando las legumbres con cereales como el arroz y así obtener un plato mucho más completo en términos nutritivos. También destaca su importante aporte de fibra, procedente de la piel, de ácido fólico, vitamina Bl, B3 y vitamina C. En cuanto a los minerales, sobresale entre todos la presencia de hierro.

De las habas frescas, se consumen tanto las vainas como las semillas, si las primeras son pequeñas, se pueden consumir enteras, como si fueran judías verdes. Si son de mayor tamaño, es preferible desgranarlas antes de cocinarlas. La garantía de calidad de una vaina pasa por comprobar si está crujiente (si al doblarla, se rompe) y presenta un color verde brillante. Las semillas, .a su vez, deben ser de color verde pálido o blanco. En cuanto a su conservación, las habas aguantan bien 3 o 4 días en un ambiente fresco, seco y protegido de la luz, o una semana, si se guardan en el frigorífico.